***Me enamoro de ella***
***Me enamoro de ella***
Suspiro cuando te miro,
me embelesó, mis ojos
se quedan prendidos
y me tiembla en cuerpo
de la emoción.
Porque si un día me fui,
en verdad mi corazón
sigue allí...
Alli donde las jacarandas,
tienden una alfombra de flores,
al paso de los amores,
que nacen cada día.
Allí donde mi alma bohemia,
encuentra el vino dulce,
de mis nostalgias,
que me embriaga de alegría
y me hace cantar,
cundo escuchó aquella melodía.
Y es que cada día, cada instante,
me enamora más de ella,
de su aroma en cuaresma,
de sus colores en la
Semana Santa.
Cada día, aunsente o presente,
mi corazón la invoca y eso provoca,
que la añore como se añora
a la madre querida;
que la amé como se ama
a la doncella que supo
tocarnos el alma.
Me enamoro de ella,
de sus bugambilias sonrientes,
de sus calles de damas vestidas
de penitentes...
De sus historia encantadoras,
de sus templos repletos de veladoras.
Me enamoro de ella, de su misticismo ,
del romanticismo de sus noches eternas,
de su belleza inigualable, de su gente
siempre amable...
Antigua la ciudad de las rosas,
donde las doncellas cuál mariposas,
con colores de abril en su guipil,
coquetean con el viento.
Oxwell L’bu copyrights 2019
Suspiro cuando te miro,
me embelesó, mis ojos
se quedan prendidos
y me tiembla en cuerpo
de la emoción.
Porque si un día me fui,
en verdad mi corazón
sigue allí...
Alli donde las jacarandas,
tienden una alfombra de flores,
al paso de los amores,
que nacen cada día.
Allí donde mi alma bohemia,
encuentra el vino dulce,
de mis nostalgias,
que me embriaga de alegría
y me hace cantar,
cundo escuchó aquella melodía.
Y es que cada día, cada instante,
me enamora más de ella,
de su aroma en cuaresma,
de sus colores en la
Semana Santa.
Cada día, aunsente o presente,
mi corazón la invoca y eso provoca,
que la añore como se añora
a la madre querida;
que la amé como se ama
a la doncella que supo
tocarnos el alma.
Me enamoro de ella,
de sus bugambilias sonrientes,
de sus calles de damas vestidas
de penitentes...
De sus historia encantadoras,
de sus templos repletos de veladoras.
Me enamoro de ella, de su misticismo ,
del romanticismo de sus noches eternas,
de su belleza inigualable, de su gente
siempre amable...
Antigua la ciudad de las rosas,
donde las doncellas cuál mariposas,
con colores de abril en su guipil,
coquetean con el viento.
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