“Entre muros II”
“Entre muros II”
(Un cuento antigüeño: Los cuenteros)
Así como el plomo, que no acertó, se entierra en el paredón de fusilamiento, no miento, de la misma manera hay hombres que se entierran en vida o muertos entre muros…
El cuentero hizo un largo silencio y el estremecimiento se dejó sentir, como si el corazón dejara de latir. Tomo su pocillo despeltrado y bebió unos sorbos de café y cuando alzó su voz, más de alguien sintió que el alma se le fue… Ssshhh que los muertos escuchan, -Ni que usted tuviera un vosononon. -Ssshh que no hablo de los que yacen en el cementerio, sino en sus casas. -Puchica usted, que el hocico se le tuerza. -Ay, ay y yo que vivo sola y que por no toparme con la Llorona no salgo al anochecer.
Se han preguntado porque las paredes de sus casas, son tan gruesas. -Eso es por los terremotos uste. - No, no, no eso fue lo que nos hicieron creer, pero antes que llegara a amanecer, los que no pidieron nacer o se dejaron morir entre cuatro paredes, allí fueron enterados parados. En ese preciso momento el Volcán de fuego lanzó lamas y vomito lava, las bugambilias que atentas escuchaban en los balcones empezaron a temblar y una niña se puso a llorar.
-Ay, ay que me va a dar un infarto, si con tantos aparecidos en las calles, era suficiente, tener demonios en las casas, ya estoy harto.
-Ssshhh que los que yacen allí, por las noches abren los ojos, por eso los patojos como piojos, se retuercen de las ganas de ir a mear, pero sienten esas presencias y les da miedo, por eso en la cama se suelen orinar, pues así el amoníaco suele a la prenda blanquear, por eso las paredes con cal se suelen pintar.
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