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Mostrando entradas de julio, 2023

“Los cuenteros III”

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 “Los cuenteros III” Cuenta, cuenta cuentero antes de que caiga el aguacero… -Tras el arco de Santa Catalina un alo de luz se vino a posar, mientras las monjas sin cabeza pasaban sobre el puente sin ser miradas, como lo hacen en las madrugadas cuando van a rezar y la ciudad empieza a despertar. Todos escuchan atentos, pero los truenos y relámpagos presagiaban un final diferente de la historia que estaba en la memoria del cuentero, su voz como un trueno cayó en la conciencia de quienes le escuchaban, fue como si los hipnotizara o creara una especia de histeria colectiva. - Cuantos, cuantos terremotos ha soportado el arco y sigue allí parado, como fiel testigo de esto que les digo. Y es que ese reloj camina como un cangrejo, marcándole el paso al tiempo, que ha destiempo quiere contar su historia, para que no sea olvidada, porque hay muertos con ojos abiertos y vivos que parecen muertos. -Y agora de que es la historia uste. - Ssshhh déjelo seguir, deje de interrumpir. - Ay! Si este arco

“Los cuenteros II

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 “Los cuenteros II” - Como los cochinitos que viven debajo de las piedras, así viven los recuerdos de quienes dejaron sus huellas al pasar… Esto decía el cuentero, mientras el volcán  atraía la furia del cielo, que con fuertes rayos y truenos se manifestaba, mientras un patojo temblaba. Porque aquella tarde la noche de repente sofocó el día y quien lo diría, los faroles aún no se encendían, pero el cielo iluminó las calles y como hormigas de su agujero salieron los recuerdos del tiempo. Tomándose un sorbo de café hirviendo de su pocillo despeltrado, el cuentero siguió contando su historia que sabía de memoria. - Los recuerdos cobran vida, cuando la herida vuelve a sangrar o cuando la alegría vuelve a reír, pero esto solo es perceptible para las almas que viven conectadas con la vida.  Por eso de vez en vez la vida se pone al revés, para hacernos notar aquello que solemos olvidar.  -Dios millo de mi vida, que la muerte nos sorprende confesados, la mujer se santiguó y el cuentero prosigu